Por Claudia Otazua Polo
Foto: Raúl A. del Pino Salfrán
Los cubanos somos seres desinhibidos, de naturaleza habladora y con una facilidad pasmosa para hacer amigos. Para nosotros se trata solo de coincidir, si dos cubanos se encuentran comenzarán a conversar, cualquier tema vale: clima, deporte, política, economía, y a los cinco minutos de una porfía segura, ya se tratarán como amigos de toda la vida. (Si Stanley Milgram hubiera sido cubano y no estadounidense, la Teoría tuviera menos de seis grados de separación.)
Esa capacidad increíble de socialización hace que nos cueste entender esencias más conservadoras. Quizá por eso me parecía inverosímil que Peter y Will no se conocieran antes de su viaje a Cuba. Ambos tienen poco más de 20 años, ambos estudian en la Escuela de Comunicación y Medios de la Universidad Estatal de Montclair donde, también los dos, toman la clase del profesor Karl Nussbaum, pero se necesitó un viaje a esta Isla para que los muchachos compartieran tiempo, palabras, experiencias.
Peter y Will vinieron al FIVAC acompañados de otros siete alumnos (a los que tampoco conocían) y sus profesores Beverly Peterson y el propio Karl, al que consideran su mentor, la persona que ha marcado la diferencia en sus vidas. El proyecto metacuratorial La Próxima Resistencia exhibió por estos días una muestra de sus obras.
Peter anda más seducido por la naturaleza humana, la pieza que lo trajo aquí, The Strings of Things, habla de la reconciliación con la vida, del seguir adelante. Will presenta un concepto más metafísico, su obra I, U, we, this, se adentra en la relación con el espacio y el tiempo.
Pero más allá del imprescindible intercambio artístico en el Festival, la experiencia cubana de este par de norteamericanos ha significado el nacimiento de una amistad, el descubrimiento de nuevas realidades y el asombro ante un mundo otro, hasta ahora ajeno para ellos.
Peter es un viajero de mochila al hombre y recorridos por Europa, Israel, Palestina. Will está saliendo por primera vez de casa. Ninguno había venido antes a Cuba y quieren atraparlo todo, les gusta el color, la gente…, quieren regresar a Estados Unidos y poder decir que estuvieron aquí en un momento histórico tan crucial para las relaciones entre los dos países.
Los sorprendió que estuviéramos tan al tanto del acontecer político de su país y encontraron retroalimentación cuando empezamos a hablar, con la ayuda de nuestra intérprete Kizzy Rumbaut, de la locura insana de Trump.
Viajar a Cuba ya tiene el check en la lista de pendientes de Peter, que se construye su camino hasta el festival de Sundance con experiencias nutricias como esta. Will se va con ideas frescas para iniciar nuevos proyectos. Y ambos se llevan a Nueva Jersey la amistad que nació en esta Isla de calor y coincidencias.