Por Claudia Otazua Polo
La dualidad arte/mercado deja de evaluarse en términos dicotómicos a la luz del CEDINM/El Circuito, proyecto que hace el arte autosustentable adoptando la forma de Iniciativa Municipal de Desarrollo local (IMDL).
El CEDINM y El Circuito nacieron como necesidad y consecuencia directa del Festival Internacional de Videoarte de Camagüey (FIVAC), al cual hoy complementan y trascienden. Hoy indagaremos sobre este proyecto pionero que desde el 2015 alberga al FIVAC. Para ir por ese camino, Cámara de Papel interroga a Diana Rosa Pérez Legón (directora artística) y a Jorge Luis Santana Pérez (director general) a la manera de las cinco preguntas clásicas del periodismo: qué son, dónde, cómo, cuándo y por qué surgieron el CEDINM y El Circuito.
Período de Gestación
Diana: “Desde la misma fundación del festival sabíamos que para mantener el evento era importante trabajar durante todo el año en la promoción del videoarte y la formación en torno a la parte más experimental del audiovisual.
Empezamos a trabajar con los estudiantes de la Academia. En aquella época mi hijo Hamlet era uno de los muchachos de ese grupo, comenzamos con él y sus amigos, lo cual era muy fácil, cada mes les dábamos talleres de edición, musicalización, hacíamos muestras…Entonces nos dimos cuenta de que hacía falta crear un proyecto desde el cual pudiéramos hacer todo eso no solo de una forma más organizada, sino sustentable.
Así fue que desde el 2004 ya pensábamos en el Circuito para la exhibición, el desarrollo y la investigación de los nuevos medios, el CEDINM.
En esa búsqueda por sacar adelante el CEDINM propusimos crear una cooperativa cultural, pero en Cuba todavía ese modelo de gestión no existe para la cultura. A la altura del 500 aniversario de la ciudad nos recomendaron que la mejor manera era hacerlo mediante una IMDL. Así, a través de una serie de servicios culturales comerciales podíamos financiar las actividades de libre acceso en torno al Festival y a la promoción del videoarte.
Esta IMDL que alberga al CEDINM lleva por nombre El Circuito y comenzó a trabajar en diciembre del 2015.”
De cuando ya no tiene que cargar con el televisor de la casa
Santana: “El tema de autofinanciar proyectos culturales siempre es complejo. En el caso nuestro aún más porque trabajamos con los nuevos medios y la videocreación, dos aspectos de las artes visuales que no son populares, sino más bien recursos artísticos para entendidos que demandan producción y tecnología avanzadas para su exhibición. Entonces, lograr sustentar esto en una IMDL ha representado el alcance de un fino equilibrio entre buscar determinadas acciones comerciales que nos permitan recaudar y el poder redireccionar los fondos hacia los intereses culturales que tenemos como proyecto.”
Diana: “El Circuito tiene aprobados nueve servicios comerciales: la proyección de películas en 2D y 3D, los torneos de videojuegos, las fiestas, las clases para el mejoramiento físico y espiritual donde se incluyen las clases de yoga, la de baile y bailoterapia; el alquiler de espacios y tecnología, así como servicios de filmación y edición y la venta de suvenires culturales. Los ingresos de este conjunto de servicios nos permiten pagar los gastos del espacio y el resto de las actividades de libre acceso.
El FIVAC es la actividad más importante del CEDINM, lo segundo es el trabajo con niños y jóvenes mediante talleres de creación, formación y capacitación en torno a los nuevos medios. La Galería Píxel, también de libre acceso, despliega de forma permanente una labor de promoción de los artistas que participan en el Festival mediante la exhibición de muestras que también exportamos a otros espacios como la Bienal de La Habana.
Poder invitar a especialistas a dictar conferencias, a músicos a ofrecer conciertos, es posible ahora. Las condiciones que tenemos en este espacio no son solo buenas para Camagüey, sino para Cuba entera. Tener una galería habilitada para exponer videoarte ya es muchísimo, antes teníamos que cargar con los televisores de nuestras casas.”
La balanza en equilibrio: servicios comerciales y actividades de libre acceso
Santana: “No están en contradicción el uno con el otro, los servicios comerciales que brindamos pueden tener también un alto vuelo estético, un compromiso ético. Aquí no pueden verse divorciados lo comercial de lo artístico-creativo, ambas implican la misma responsabilidad con el trabajo.”
Diana: “Desde mi punto de vista, lo fundamental es existir, y existir como una alternativa. Tener la posibilidad de que concurran, en un mismo espacio, tanto el público interesado en ver una película comercial como Escuadrón Suicida, como el que asiste a la galería a ver videoarte, provee opciones. Que la gente pueda escoger, llegar a todo tipo de audiencias es lo más importante.”
Las barreras y los sueños
En este punto del diálogo, hay que hablar sobre las dificultades por las que ha atravesado el proyecto, sus pendientes y desafíos.
Santana: “El gran reto es crear el precedente, ser los primeros que en la provincia implementamos esta forma de gestión para una iniciativa cultural, no tener referencias, alguien que te haya allanado el camino. Hemos comenzado de cero, primero conociendo la metodología, la legislación para poner en funcionamiento un proyecto como este.”
Diana: “Las mayores barreras que hemos tenido siempre han sido las mentales, han sido personas que por desgracia están lugares donde se decide la política cultural y a las que le toma más tiempo darse cuenta de los cambios. Ese ha sido el trabajo más difícil del Festival y de este proyecto, el hecho de que somos únicos, de que somos en verdad una iniciativa. Si en todas las provincias hubiera un festival de videoarte, o un Circuito mandado a implementar desde La Habana, tal vez nos hubiera sido mucho más fácil.
No sé si es porque soy productora, pero esto también ha sido la motivación más grande, el demostrar que sí se puede.”
…o las barreras de los sueños
Santana: “Al cabo de un año de estar en funcionamiento todavía hay cosas que tenemos que ir ajustando para afianzarnos en el futuro.
Tenemos muchos sueños en el orden material, personalmente yo y muchos de los que trabajamos aquí también, no estamos satisfechos con el acondicionamiento del espacio, queremos mejorar la acústica y la iluminación, necesitamos más equipamiento: mejores asientos, mejor pantalla de proyección para incluir más a la comunidad y traer más público. Esto lleva tiempo y financiamiento.
Necesitamos también perfilar mejor el equipo de trabajo, lograr convocar a jóvenes entusiastas que quieran aprender y sobre todo trabajar, aquí se trabaja mucho. El talón de Aquiles ahora es consolidar el equipo de trabajo, el resto se va a ir mejorando.”