La entrega y el cariño de los organizadores, así como la especial atmósfera que se desarrolla durante el festival es producto de la magia de sus participantes. Entre otras cosas, el festival me ha permitido conocerlos mejor y acercarme a vuestra realidad lo cual aprecio mucho. Por supuesto mi intención es volver con nuevas obras, ideas y renovada ilusión para reencontrarnos en la 5th versión durante el 2013.
Yo como ya saben le tengo mucha simpatía a ese festival por muchos motivos, por descontado el humano por saber y conocer quién es el alma de todo ello, pero también el hecho de que vuestro “modelo de trabajo” es el futuro. Yo por mi parte hablando con unos y otros tengo la percepción de que la gente joven que participa aprecia mucho el festival como “un espacio otro”, ponen mucho el acento en el hecho de que eso ocurra en Camagüey y no en La Habana.
En los últimos años de mi actividad docente y cultural, relacionada con la teoría del arte, la crítica y la curaduría, no he tenido una experiencia como la vivida en estos días del Festival y aunque tome en consideración el elemento emotivo, pues amigos entrañables, jóvenes realizadores con los que llevo compartiendo desde hace un tiempo y especialistas invitados conocedores del tema, me ayudaron a olvidar la rigidez que desprenden los espacios de discusiones teóricas, todo ello no fue más que el marco para compartir un verdadero entusiasmo por la creación.
En ocasiones llegué a sentir en varios de los asistentes a las sesiones públicas de exhibición una suerte de pérdida de la virginidad audiovisual tan diligentemente protegida por nuestra televisión-, y entorpecedora -se sabe- del disfrute pleno de valores estéticos proveniente de estas propuestas.